Es la sensación más auténtica de la vi
da,la caricia más pura en el alma.
Despertar en un lugar de fantasía,
aprender a guardar la calma...
Es renunciar a la propia existencia
para conjugarla a la de un ser indefenso.
Recibir el calor de una caricia,
caminar rápido pero a paso lento...
Es amar sin límite ni medida,
como nunca en la vida has amado.
Abrazar reconociendo ser querida,
recoger todo el cariño derramado.
Es sufrir también alguna ausencia,
pues al ser madre es que valoras
a quien a ti te dio la subsistencia,
y enjugó lágrimas abrumadoras...
Es mirar a lo alto cuando el retoño,
en tu regazo busca consuelo.
Estar con él cuando el otoño
le entristece y provoca tu desvelo...
Es renunciar a la propia persona,
apropiarse del Ser de ese pequeño.
Acompañar silente su lagrimona,
cuando su corazón sufrió un desdeño...
Mira madre hacia adelante,
no detengas ya tus pasos.
Mantente siempre vigilante,
sin temores ni fracasos...
Lucha a capa y espada,
por el honor de tu niño,
pues no hay mayor cariño
que el de la madre al hijo.
M.R.G
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